3 lecciones de negocios que se aprenden al subir el Everest

3 lecciones de negocios que sirven también para subir el Monte Everest

¿Imagina usted que emprender sea como subir el Monte Everest? La alpinista estadounidense Alison Levine, después de haber escalado el monte más alto del mundo, escribió un libro sobre las lecciones que le dejó esta travesía y que se pueden aplicar al mundo de los negocios. Aquí le contamos las grandes enseñanzas del libro “Al límite: Lecciones de liderazgo del Monte Everest y otros entornos extremos”. 1. Prudencia: lo primero que dice Levine es que “la cautela tiene el mismo valor tanto para un escalador como para un empresario”. Hacer su negocio más grande no siempre lo hace ser mejor. Es necesario evaluar los ciclos de vida del negocio y con ello realizar una comparación del estado en el que se encuentra, y aquel al que quisiera llegar. Con esto, es posible ver si su negocio está en el momento ideal para seguir creciendo, o si lo más sabio es esperar un poco más para dar el siguiente paso. Así como al escalar una montaña, a veces lo mejor es esperar a que mejore el clima para seguir subiendo y no arriesgarse a continuar en contra de condiciones adversas, explica la autora. 2. Cooperación: es posible que el adecuado funcionamiento de su empresa dependa en muchos casos de terceros. Si este es su caso, es importante saber que todas las personas involucradas en el funcionamiento de su negocio deben estar en completa sincronía para que cada eslabón de su cadena de suministros funcione de una manera coordinada. De la misma forma que un equipo de alpinistas debe trabajar en conjunto para llegar a la cima de una montaña, es fundamental la cooperación entre todos los actores que afectan el funcionamiento de su negocio. 3. Evaluación: por último la escaladora y empresaria explica que estar en evaluación constante de los pasos a dar es fundamental al escalar y emprender. “Hay que tomar tiempo para evaluar si está en la dirección correcta antes de continuar, si sigue en la dirección correcta hacia su objetivo en la montaña”. El mismo principio se aplica en los negocios, explica Levine: “Si no tiene la información correcta para lograr resultados, debe volver a evaluar si seguir adelante”. La autora concluye señalando que así como el escalador, la persona de negocios debe saber que no todas las carreras se ganan y por esto la prudencia, la cooperación y la evaluación constante son las claves para tener éxito al emprender, subir el Monte Everest o cualquier otro desafío que implique trabajo duro, en equipo y a largo plazo.

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