El ciclo de vida, una guía para saber cómo invertir

EL CICLO DE VIDA, UNA GUÍA PARA SABER CÓMO INVERTIR
EL CICLO DE VIDA, UNA GUÍA PARA SABER CÓMO INVERTIR

Nacer, crecer, envejecer y morir. Todo ser humano atraviesa este ciclo de vida que básicamente es un proceso de continuos cambios físicos y psicológicos. Estas etapas también se relacionan con la vida de un inversionista.

Acá le contaremos cómo el ciclo de vida se puede entender como una guía para invertir.

El ciclo vital puede dividirse en diferentes etapas del desarrollo del individuo: la juventud está comprendida entre los 14 y los 26 años; la adultez entre los 27 y los 59 años y la vejez de los 60 años en adelante, de acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social.

La primera etapa de la vida financiera se localiza en la juventud; es decir, entre los 14 y los 26 años. Esta etapa de vida se caracteriza porque la mayoría de personas no posee ningún compromiso financiero; entonces se puede ahorrar gran parte de los ingresos y, también, invertirlos en cualquier producto que se desee.

O sea que se podrían llegar a tomar decisiones agresivas en cuanto a inversión buscando rendimientos altos y, por ende, asumir los riesgos que estos implican. Al no tener ningún tipo de compromiso, si se presentan variaciones importantes, al joven no le afectará tanto y es posible que tenga algún tiempo para recuperarse.

También existen aquellos que aun siendo muy jóvenes ya tienen compromisos económicos importantes. Por ejemplo: muchos trabajan para pagarse sus estudios y es posible que pueden ahorrar muy poco, ya que casi todo se lo gastan precisamente en el pago de estos compromisos o ya han conformado una familia.

Estos jóvenes, debido a su situación, no tienen mucho dinero libre para invertir y no están en capacidad de asumir riesgos. Por eso, lo mejor es buscar productos que permitan preservar su capital, aunque con una expectativa menor de rendimientos.

Unos años después, entre los 27 y 59, aquellos jóvenes pasarán a la adultez y, por lo general, se casarán y decidirán formar una familia. En esta etapa de la vida existen varias metas y sueños por cumplir, por ejemplo: comprar una casa, adquirir un auto, irse de viaje con la familia, para la educación de los hijos, entre otros.

Para lo anterior es necesario tener liquidez, pues los deseos aumentan a un ritmo más acelerado que los ingresos y, por ende, la capacidad de ahorro disminuye. En este momento de la vida, y cuando se han adquirido ciertas obligaciones, tales como pagar un crédito hipotecario, el ingreso disponible para ser utilizado en otras aspiraciones se reduce considerablemente.

Ahora, invertir puede resultar difícil, pero todavía se puede hacer. Hay que tener en cuenta que el porcentaje que se destine a la inversión deberá ser proporcional a los ingresos y a las obligaciones que se tengan.

Las personas que han llegado a los primeros años de esta etapa pueden invertir una porción de su dinero para el retiro o para la educación superior de sus hijos a largo plazo, recursos que no podrán ser utilizados, bajo ninguna circunstancia, hasta que la meta esté próxima.

La siguiente etapa puede ser analizada desde los 50 años y se podría determinar como la de la bonanza. Los hijos habrán crecido y es probable que incluso hayan terminado la universidad, la hipoteca se habrá terminado de pagar y, por ende, los ingresos propios suelen ser más elevados y estables.

Por último, se llega a la etapa de la vejez; es decir, desde los 60 años en adelante. Acá es importante revisar el plan de retiro y hacer los ajustes correspondientes para alcanzar los objetivos deseados para esta época. Por lo general, los expertos recomiendan realizar inversiones en las que lo ideal sea preservar el capital, como por ejemplo con portafolios de bajo riesgo. No obstante, otros consideran que en esta etapa de la vida lo ideal es que las personas se arriesguen y, de esa manera, puedan cumplir los sueños pendientes.

De acuerdo con las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el 2014, alrededor de 5,2 millones de nacionales llegaron a los 60 años, una porción nada despreciable si se tiene en cuenta que representa el 10,8% de la población total. Pero eso no es todo, está proyectado que al 2020 será casi el 13% de los colombianos; es decir, 6,5 millones de personas.

Cada etapa de la vida tiene diferentes necesidades y es preciso saber cuándo se acaba cada una o, mejor, como dijo el escritor Paulo Coelho en su texto ‘Las Etapas de la Vida’: “Si insistes en permanecer en una etapa, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando”.

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