Retos del desarrollo económico en Colombia

Dentro de los próximos años Colombia enfrentará una serie de retos en materia económica, para lograr crecer por encima del tan anhelado 5% anual. Para lograrlo, será importante reducir el desempleo, poner al mínimo la pobreza y la desigualdad. En una frase, lograr un camino al verdadero desarrollo económico que le proporcione una mejor calidad de vida a todos los ciudadanos. Si bien, es cierto que los desafíos son enormes en materia de competitividad, productividad, diversificación de la industria y el comercio, y en formalización del sector productivo; uno de los puntos que será determinante es la situación fiscal del país ¿qué tan bien se van a manejar las finanzas públicas en los próximos periodos? Hoy Colombia se encuentra en una situación fiscal apretada, donde el estado reporta año tras año déficit en su funcionamiento, y la cuenta corriente del país tampoco tiene mucho margen de maniobra. Esta situación fue la que precisamente forzó al actual gobierno a impulsar una reforma tributaria poco aplaudida, y con un contexto político desfavorable; pero muy necesaria para cumplir con la regla fiscal. Esta regla, es la que por convención usan los países para determinar hasta cuánto se pueden endeudar para su funcionamiento, y cuánto de esta deuda es amortizable con el crecimiento económico del país. Para el caso colombiano dos cosas son claras. La primera, dado que la mayor parte de los ingresos tributarios nacionales provienen del petróleo y sectores mineros, la situación fiscal se ve golpeada cuando el precio de estas materias cae en los mercados internacionales, tal como lo han venido haciendo desde el 2014. La segunda, Colombia necesitaría de otra reforma tributaria para tener contentas a las calificadoras de riesgo, y que de esta manera los intereses de deuda nacional no se incrementen. Bien es sabido que unas finanzas públicas sanas son necesarias para tener un contexto macroeconómico estable, atraer inversión extranjera y promover la creación de negocios y empresas dentro de las fronteras. Y quizá la única manera de lograrlo, sea a través de una reforma tributaria verdaderamente estructural, que combata la evasión y elusión, y que formalice a más empresas; una labor tan importante como compleja. Es por esto, que quizá una de las tareas fundamentales que tengan los próximos gobiernos será la de ajustar las finanzas públicas a un nivel que genere más respiro, y que a su vez le permita al estado invertir en el crecimiento de la economía, asignar recursos para el posconflicto y el desarrollo agrícola; sin que esto implique saltarse la regla fiscal.