En la etapa de la jubilación, los adultos mayores buscan estabilidad, tranquilidad y bienestar. Después de años de trabajo y esfuerzo, cuidar el dinero que se ha construido a lo largo de la vida se convierte en una prioridad. Las decisiones financieras, en especial las relacionadas con inversiones, merecen suma atención y cuidado.
Es común que en esta etapa se tenga acceso a recursos acumulados: cesantías, pensiones, ahorros, bienes inmuebles o incluso herencias. Pero también aparecen nuevas necesidades, como el manejo de gastos médicos, el apoyo a seres queridos o la preparación del legado patrimonial.
Priorice la seguridad sobre la rentabilidad
Uno de los errores más frecuentes es dejarse tentar por promesas de altos rendimientos sin evaluar los riesgos: cuentas de ahorro con buena rentabilidad, CDT (certificados de depósito a término) en entidades reconocidas, fondos de carteras colectivas o fondos de pensiones voluntarias con bajo riesgo, entre otros productos.
Amplíe sus opciones
Lo importante es que su dinero esté bien distribuido para obtener rendimientos, pero también contar con disponibilidad: una parte en ahorro de mediano plazo, otra en inversiones, otra en algún producto que permita retiros inmediatos. Si todos sus recursos están en un solo lugar o producto, es más vulnerable a cambios inesperados.
Si una persona posee bienes en el exterior o productos financieros en distintas entidades, resulta clave mantenerlos debidamente documentados. Contar con registros claros y actualizados facilita su gestión y permite que, en el futuro, quienes deban administrarlos dispongan de la información necesaria para hacerlo de manera ordenada. Si delega decisiones, hágalo por escrito y con asesoría.
Si decide delegar decisiones, hágalo por escrito y con asesoría profesional. En Colombia, la figura más común para que otra persona actúe en nombre propio es el poder, el cual puede otorgarse mediante escritura pública o documento autenticado ante notario, y establece de forma precisa los alcances y límites de esa representación. Esto resulta especialmente útil cuando, por razones de salud, movilidad o disponibilidad, no se puede realizar un trámite personalmente.
Piense en su legado: sucesiones y herencias
Organizar su patrimonio con anticipación es un acto de responsabilidad y amor. Hacer un testamento, dejar instrucciones claras sobre sus bienes o incluso conversar con su familia sobre sus deseos puede evitar conflictos futuros.
Si una persona tiene bienes en el exterior o productos financieros en distintas entidades, el proceso de recopilar y organizar la documentación necesaria puede ser más complejo y demorado. Por eso, es recomendable mantener registros claros y actualizados que faciliten su gestión y permitan que, en el futuro, quienes deban administrarlos cuenten con la información necesaria para hacerlo de manera ordenada.
Proteger sus inversiones no requiere grandes conocimientos técnicos, sino decisiones conscientes y precaución. Priorizar la seguridad, mantener liquidez, diversificar con criterio, organizar su legado y rodearse de buena asesoría son pasos clave para cuidar su patrimonio. Recuerde que su dinero debe estar al servicio de su bienestar, no al revés. Y que, al cuidarlo hoy, está construyendo una vejez más tranquila para usted y su familia.
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