La economía después de la independencia

Varios son los casos de países que han decidido independizarse y dar rienda suelta al desarrollo de su propia economía. El caso más reciente de intención de independencia de Cataluña, trae a colación algunos otros, como el de los países que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial, o después de la época colonial; o el reciente caso del Brexit en Reino Unido. Cuando una región de un país decide independizarse, una de las consecuencias inminentes que más efectos negativos puede traer es el debilitamiento de la economía nacional. Principalmente, porque por más recursos con los que cuente un territorio, esto no es garantía suficiente para subsistir. Es necesario mantener relaciones comerciales fuertes con otros países que faciliten la importación y la exportación de productos para mantener activa la economía. En este sentido, una vez un país se independiza, tiene un largo trayecto por recorrer para afianzar relaciones y recuperar la confianza en la economía. En el caso de Cataluña, el euro se convertiría en una moneda extranjera, encareciendo sus exportaciones y mermando su competitividad. Pese a que los independentistas insisten en que permanecerán en el euro, economistas como los franceses Vincent Brousseau y François Asselineau, citados en un artículo del diario El País publicado el 29 de octubre de 2017, aseguran que no es posible. Lo que podría ocurrir es que “Cataluña sea euroizada”, afirman. Esto quiere decir que Cataluña podría utilizar el euro como moneda nacional, pero sin formar parte de la zona euro, como ocurre en Montenegro y Kosovo. Esto perjudicaría a los bancos porque “se verían privados del acceso a la refinanciación por el Eurosistema”. Además los economistas consideran que una Cataluña independiente se vería obligada, a mediano plazo, a introducir una divisa nacional catalana. Luego de que Cataluña anunciara su intención de independencia el 27 de octubre de 2017, el Ibex 35, principal índice de la Bolsa española, se hundió cerca de 2%. En efecto, los principales descensos los padeció el sector bancario, donde el Banco Sabadell y el Iberia cayeron 6,1% y 6,3%, respectivamente. Después el Caixabank, con 4,3%, el BBVA con 3,7% y Día con 3,1%. La probable aplicación del artículo 155 de la Constitución de España para intervenir la región, aumenta la tensión y la incertidumbre de todos los actores económicos. Sin embargo, los inversores ya consideran como inseguro el territorio catalán, por lo que ya van más de 1.300 empresas que han cambiado sus domicilios, entre ellos: el Banco Sabadell y el Caixabank. Según el banco Credit Suisse, con la independencia de Cataluña, España se quedaría sin los 200.000 millones de euros que le aporta el PIB catalán. Por otro lado, también significaría que renuncian a los fondos estructurales y de inversión de la Unión Europea, encargados de la creación de empleo y el desarrollo de una economía sostenible. En cuanto a las exportaciones a los dos mercados principales de Cataluña, la independencia traería consigo una caída del 65%. En los mercados del resto de España (RDE) caerá 50% y en el resto de la Unión Europea (RUE), la caída que se pronostica es del 15%. Según estimaciones del Banco Central Europeo (BCE), a 2017 Cataluña contaba con una deuda de 727 millones de euros, es decir el 35,4% de su PIB. Con la independencia, seguramente deberá quedarse con una parte proporcional de la deuda española, en proporción al tamaño de la población. Y es que las consecuencias económicas de la independencia de Cataluña serán incluso peores de las que ya ha sufrido el Reino Unido con el Brexit, que luego de un año de su salida todavía pendiente de la Unión Europea, lucha por minimizar las consecuencias económicas. El diario The New York Times reportó en “¿Cuál es el costo económico del ‘brexit’?”, un artículo publicado en noviembre de 2017; que ‘en los dieciséis meses desde el referendo que puso en marcha el brexit, la economía británica se ha debilitado ante un conjunto confuso de incertidumbres. La austeridad está a la orden del día, junto con las preocupaciones de que las empresas multinacionales recorten sus inversiones en el Reino Unido’. El artículo menciona que dentro del grupo de las principales economías del mundo, el Reino Unido es ahora una de las más débiles, en tanto que ‘Europa, Asia y América del Norte gozan de un crecimiento relativamente sólido. Durante los primeros nueve meses del año, la economía británica se expandió a una tasa anualizada de solo 1,3%’. Así que, con estos ejemplos, habrá que ver cómo se recuperan economías que lo tenían todo para seguir creciendo, pero que decidieron tomar un rumbo independiente, por diferentes razones, sean políticas o sociales, pero cabe la duda que calcularan las consecuencias económicas.

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