Libros de historia económica como “Money” de Yuval Noah Harari y “How the money works” del sello DK, describen cómo el intercambio ha estado presente en la humanidad como una forma de supervivencia y de desarrollo que, año tras año, ha ido evolucionando y adaptándose a nuevas necesidades y tecnologías.
Inicialmente, en lo que vendrían siendo los 10.000 a.C., la humanidad usaba el trueque para acceder a otros bienes, por ejemplo, cambiaban el maíz que cultivaban en sus tierras por banano o algodón de sus vecinos y era una forma de satisfacer las necesidades presentes. Asimismo, la sal era uno de los productos de canje apetecidos, se usaba para pagar por diferentes trabajos y fue lo que, precisamente, le dio origen al término de salario.
Este modelo fue evolucionando y en los 600 a.C se registraron las primeras monedas en sociedades europeas y de oriente, sistema que se extendió a otras civilizaciones y el cual seguimos usando hoy en día.
Esta aparición del dinero físico, además de una connotación económica, trae consigo una construcción social. En “Money” se explica que el dinero se convierte en un sistema de confianza, ya que quien recibe el dinero y da algo a cambio por él, confía en que eso que recibió, ese papel o moneda, le servirá para adquirir otro bien de su interés. El dinero, que ha logrado ser universalmente aceptado y eficiente, sigue adaptándose a las necesidades de la sociedad. Y se basa en la confianza del emisor del mismo, esta es una condición fundamental para su funcionamiento.
Desde la creación de la banda magnética de las tarjetas débito y crédito en los años sesenta, el dinero se ha digitalizado, al permitir adquirir bienes o servicios sin la necesidad de entregar efectivo. Esta realidad ha seguido evolucionando y a partir del 2000 se empezó a hablar, además, de transacciones digitales que se pueden hacer, incluso, desde un celular o un reloj inteligente.
El viaje evolutivo del dinero hacia el futuro financiero
Con el paso del tiempo, el dinero fue transformándose así como su connotación, pues dejó de ser simplemente un medio para adquirir bienes o servicios y con la aparición, por ejemplo, de instituciones financieras, que juegan un papel muy importante en la forma de hacer circular el dinero, ofreciendo mecanismos de ahorro y crédito; los mercados de valores y productos de inversión sofisticados como los bonos o las criptomonedas, se abrieron nuevas posibilidades como la acumulación de la riqueza y la inversión como un resguardo para el futuro.
Según se explica en Money, la confianza, con la que ya contaba el dinero, se convirtió en una reflejada al futuro. Aparecen entonces los créditos, con los que se confía que a la persona a la que se le está prestando va a estar en mejores condiciones económicas para no solo pagar lo que se le presta, sino también los intereses. Más adelante aparecen los mercados de valores, la emisión de acciones y más formas para invertir.
En el caso de las inversiones, estas no solo ofrecen la oportunidad de asegurar un futuro financiero, sino que también permiten incrementar los recursos. Al invertir sabiamente (consultando a su asesor financiero, por ejemplo, de su entidad bancaria) se pueden generar ingresos, aumentar el patrimonio y alcanzar metas financieras a largo plazo como la jubilación o el acceso a la educación, pero para ello es clave contar con una educación financiera que le permita, por ejemplo, la diversificación de sus inversiones teniendo en cuenta su perfil de riesgo y para qué fines desea utilizar su dinero.
El comportamiento y la psicología humana también tuvieron y siguen teniendo su rol. En la “Teoría de los sentimientos morales” de Adam Smith, por ejemplo, se relata cómo las emociones sociales intervienen en nuestras interacciones y decisiones. El ánimo financiero y las decisiones económicas de nuestro entorno pueden influenciar, en este caso, lo que decidimos comprar o en lo que decidimos invertir.
La historia del dinero comprende dos palabras clave: evolución y adaptación. Desde sus comienzos, como un simple medio de intercambio, hasta la actualidad, que se presenta como una herramienta de inversión, el dinero tiene un papel fundamental en la conformación de la sociedad y la economía y permite, además, oportunidades de desarrollo.
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