La economía colombiana acaba de salir de un ciclo complejo: bajos precios del petróleo, una fuerte devaluación del peso, una inflación que no parecía ceder, y el fenómeno del niño azotando a los productores del campo. Todos, elementos que se conjugaron para reducir el crecimiento económico por debajo del esperado 3% anual de mediano plazo.
Dentro de este escenario de tasas altas para endeudarse, ingresos reducidos, y aumento de impuestos, los analistas recomiendan a los hogares colombianos apretarse el cinturón. Vale la pena preguntarse entonces, ¿Cómo ahorran los hogares en tiempos de bajo crecimiento económico?
Entender cómo se comporta el ahorro de los hogares e intentar pronosticarlo, son inquietudes que trasnochan a los economistas más expertos. Es una pregunta que se formuló con el inicio de la escuela económica neoclásica, la que rige el pensamiento de los economistas desde 1930, y que aún se debate en las mejores universidades del mundo.
Hoy en día, se sabe que los hogares ahorran dependiendo de sus ingresos, los impuestos, los subsidios que reciban y las tasas de interés que rijan el mercado de créditos. Aun así, sigue siendo un tema complejo, y donde las simplificaciones son peligrosas. Por otro lado, se puede pensar que los ahorros aumentan a medida que haya mayores ingresos (cuando los hogares ganan más de lo esperado, tienden a ahorrar y no a consumir más), y que también lo hacen cuando las tasas de interés son altas (cuando los créditos son caros, es más difícil endeudarse, y se hace más rentable invertir para el futuro).
La verdad, es que los resultados cambian de país a país, y de caso en caso. Autores afirman que el comportamiento puede variar por temas tan sutiles como el tamaño del hogar, la ubicación geográfica, la incertidumbre política y financiera, el nivel de estudios, y hasta algunos afirman que el nivel de satisfacción de vida.
¿Entonces qué podemos decir al respecto?
La teoría clásica de la economía nos puede dar algo de luz, en medio de tanta confusión. Desde que John M. Keynes escribió su libro La teoría general del empleo, interés y el dinero, es posible pensar que frente a un periodo de corto plazo, donde los resultados fueron desfavorables (como fue el caso colombiano) los ahorros también van a caer, y el consumo se puede mantener en el mismo nivel (lo que requiere que los hogares se endeuden).
Este resultado, no quiere decir que sea una buena idea mantener altos niveles de deuda por mucho tiempo. Por el contrario, dice que, si los hogares son racionales, y administran bien su dinero, van a pagar las deudas con mayor ahorro cuando las cosas vuelvan a un mejor panorama. Incluso se espera que frente a periodos con cifras por encima del promedio, los hogares guarden e inviertan para un futuro.
Al final del día, parece que la sabiduría tradicional es válida, y lo mejor es ahorrar en tiempos de vacas gordas, para poder vivir bien en época de vacas flacas.
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