Recuperación económica luego de la guerra

recuperación económica luego de la guerra Ante el posible comienzo de una guerra internacional en Medio Oriente, es oportuno recordar que este tipo de acontecimientos no sólo trae pérdidas humanas, sino también económicas, por las dificultades que un conflicto bélico trae para el desarrollo de la producción de un país. ¿Cuánto Podría tardar la economía de un país en recuperarse luego de una guerra? Aquí le contamos con casos de la historia mundial. En este tema hay dos ejemplos históricos que han llamado la atención de los economistas por ser catalogados como milagros. Estos son la transformación económica de los dos grandes derrotados de la Segunda Guerra Mundial: Alemania y Japón, que luego de 71 años de haber sido los grandes perdedores del conflicto más grande la historia, hoy se consolidan como la cuarta y tercera economías más poderosas del mundo respectivamente, únicamente por debajo de las súper potencias Estados Unidos y China. Como cuenta el libro “En la búsqueda de la estabilidad: una investigación en la historia política económica”, del célebre historiador económico Charles Maier, al terminar la Segunda Guerra Mundial, Japón y Alemania estaban arruinados y devastados por un conflicto de una violencia sin precedentes. En Japón una cuarta parte de la riqueza nacional (PIB) de antes de la guerra se había evaporado. Sin embargo, 25 años después el archipiélago logró erigirse al rango de segunda economía mundial, con un crecimiento promedio del 9% anual entre 1955 y 1973. Al “Odorokubeki Nihon” (Sorprendente Japón), según Maier le siguió el “Wirtschaftswunder” (Milagro Económico) de Alemania que, todavía más rápido, se colocó detrás de Estados Unidos como potencia mundial desde finales de los años 1950. ¿Cómo ocurrió esto? El milagro económico alemán En 1949 Alemania se partió en dos países, con zonas ocupadas pertenecientes a los tres poderes occidentales ganadores de la guerra que formaron la República Federal de Alemania (RFA), mientras que los Soviéticos establecieron la República Democrática Alemana (RDA). La RFA recibió de parte de Estados Unidos US$1,3 billones como ayuda para reconstrucción del país, lo que consolidó el establecimiento de una economía alemana-occidental de mercado con el apoyo de las potencias capitalistas de la época. Con el establecimiento de este plan de ayuda internacional conocido como “El Plan Marshall”, el canciller alemán Konrad Adenauer y su ministro de finanzas Ludwig Erhard, llevaron al país hacia una rápida recuperación entre 1949 y 1975, con un crecimiento anual al 7%, y un desempleo que cayó del 11 % en 1950 a 0,7% en 1965. A esto se le debe sumar el compromiso de la población alemana que se esforzaba arduamente por demostrarle al mundo que su gran capacidad de trabajo y disciplina eran la base para la reconstrucción del país, como ocurrió en 15 años. El sorprendente Japón El repunte japonés es casi igual de prodigioso, pero “contrariamente a Alemania, dividida entre cuatro aliados, Japón construyó su recuperación bajo la tutela única de Estados Unidos, que asumió la responsabilidad total de su seguridad, de acuerdo con el historiador económico Charles Maier que explica en su libro que “Japón se recuperó a pulso, aunque la guerra de Corea entre 1950 y 1953 dio un impulso beneficioso a las empresas niponas con una sobreabundancia de pedidos”. En 1956, cuatro años después de la salida de Estados Unidos de su territorio, el gobierno japonés animaba a la población a movilizarse, acabar con los lamentos y ponerse a trabajar, y a los empresarios a invertir en las industrias nacionales, lo que ocurrió en los siguientes años. A esto, se agregó un contexto propicio por la preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio-1964 y “un capital humano sumamente favorable” formado por trabajadores motivados, disciplinados y deseosos de servir a su compañía. Todo ello “amplificado por un sistema único de empleo vitalicio, de ascenso por antigüedad y de sindicatos cooperativos”. Para Maier el modelo japonés y su gente, que, aunque hoy muestra sus límites, propició la riqueza de un Japón triunfante antes de que el estallido de las burbujas bursátiles e inmobiliarias de principios de los años 1990 frenaran su impulso. Lo cierto es que ahora Japón es la tercera potencia económica del planeta, mientras que Alemania ha sido llamada la locomotora de Europa, 71 años después de estar totalmente devastadas por la guerra.

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