¿Sabe cuánto vale su tiempo?

La sabiduría popular dice que el tiempo es oro. Las personas viven bajo constante estrés, sin horas suficientes al día para hacer todo lo que desean. La sociedad vive pendiente del reloj. Tan solo hay 24 horas al día para repartir entre distintas actividades. El tiempo entonces es un bien escaso y por lo tanto de mucho valor. Podría usted calcular entonces ¿Cuánto vale su tiempo? A pesar de que el tiempo es limitado, en muchas ocasiones se pierde la conciencia del mismo y se desperdicia en acciones fácilmente prescindibles o que, al menos, podrían agilizarse, realizarse de forma más rápida y eficiente con el consecuente ahorro de tiempo. Para ello, las nuevas tecnologías han sido el gran aliado a la hora de ganarle esos minutos al reloj. El tiempo empleado en la realización de compras, a la hora de llevar a cabo transacciones bancarias o gestiones comerciales se ha visto sustancialmente reducido con la consolidación de internet en las tareas del día a día. Este factor ha sido clave a la hora de acortar los tiempos destinados a ciertas labores, a la vez que permite emplearlos en otros quehaceres relacionados con el ocio y la familia, algo que se suele dejar a un lado muchas veces en pro de la vida profesional. Conociendo entonces el valor del tiempo, muy pocas veces se reflexiona sobre el coste económico del espacio que se dedica a la realización de una actividad. Si hace cuentas, verá que a lo largo de la vida se destinan más de 23 años en dormir, 7 años para comer o hasta 3 años solo dedicados a desplazamientos en transporte urbano. Con estos cálculos, se puede hacer una idea de la importancia que tiene el uso eficiente de las horas. Las tareas breves pero que se repiten cada día, puede que solo lleve unos minutos desempeñarlas pero al final suman una gran cantidad. Poner un valor económico al tiempo es una labor complicada. Si se analiza desde un punto de vista monetario, habría que tener en cuenta su salario anual y dividirlo por las horas de trabajo. Sin embargo, en esta evaluación del coste del tiempo se deja a un lado la parte personal y se reduce a una fría operación matemática, cuando, por el contrario, esta es la parte más importante a la hora de poner un valor al tiempo que deja de destinar a su familia, a sus hijos, a su ocio o a sí mismo. Algo que va mucho más allá de cuánto vale su trabajo y que se convierte en una tarea muy difícil de evaluar. Es así que ponerle valor al tiempo requiere más que dividir su salario por la cantidad de horas trabajadas, requiere pensar a profundidad sobre los compromisos que está dispuesto a aceptar, reflexionar sobre a qué quiere dedicarle una mayor parte de su tiempo y programar cómo puede realizar una gestión más eficiente del mismo, ya que el tiempo es tal vez el bien más preciado de una persona porque es limitado y no se puede comprar por todo el dinero del mundo.

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