¿Cómo se reparten las herencias en Colombia?

Infografía del reparto hereditario en Colombia

Hablar de herencia es una forma de cuidar a quienes más queremos. Conocer cómo funcionan las sucesiones en Colombia es un dato clave para planificar el futuro de manera ordenada y proteger el patrimonio familiar, garantizando que las decisiones se realicen conforme a la ley y a la voluntad de la familia.

A diferencia de otros países, el derecho civil en Colombia establece las reglas sobre cómo debe distribuirse una herencia. Estas normas se aplican tanto si hay testamento como si no, pues existen porciones que la ley reserva obligatoriamente para ciertos herederos. A continuación, encontrará una explicación general sobre cómo se maneja una sucesión en Colombia, qué partes componen el patrimonio hereditario y por qué es fundamental dejar todo en orden con anticipación

¿Qué es una sucesión y cuándo se activa?

La sucesión es el proceso legal mediante el cual se reparten los bienes, derechos y obligaciones de una persona después de su fallecimiento. En Colombia, este proceso puede iniciarse de dos formas: por escritura pública en una notaría o mediante un proceso judicial. Aunque se puede acudir a la vía notarial cuando hay un acuerdo entre los herederos, no siempre es así. Dependiendo del monto del acervo hereditario, algunos herederos prefieren la vía judicial por consideraciones de costos u otras razones particulares.

El proceso sucesoral se inicia desde el momento en que una persona fallece, ya que, legalmente, desde ese instante sus bienes pasan a estar sujetos al trámite de sucesión. El registro civil de defunción es el documento que prueba el fallecimiento y permite a las entidades reconocer que el titular ya no puede disponer de sus bienes, los cuales quedan “congelados” hasta que se surta el debido proceso. Este proceso debe involucrar la totalidad del patrimonio del fallecido: bienes muebles e inmuebles, cuentas bancarias, inversiones, vehículos, deudas y cualquier derecho económico asociado.

El rol de la sociedad conyugal: ¿quién se queda con qué?

Uno de los aspectos más importantes al iniciar una sucesión en Colombia es determinar si existía una sociedad conyugal (en el caso de matrimonio) o una sociedad patrimonial entre compañeros permanentes (en el caso de unión libre) vigente, ya que de esto depende cómo se repartirán los bienes.Esto afecta directamente la distribución del patrimonio. Cuando una persona fallece y estaba casada (o en unión marital de hecho reconocida), la mitad de los bienes adquiridos durante la vida en común corresponde al cónyuge o compañero sobreviviente. Esta parte no entra en la sucesión, ya que se considera propiedad del cónyuge. La otra mitad sí hace parte de la herencia y se distribuye entre los herederos. Una vez determinado qué bienes entran en la sucesión, se establece una división del patrimonio en estas partes principales:

  1. Legítima rigurosa
    Corresponde al 50 % del total del patrimonio y debe ser asignado obligatoriamente a los herederos forzosos, como hijos, padres o el cónyuge sobreviviente.
  2. Porción de libre disposición
    Representa el otro 50 % del patrimonio y puede distribuirse según la voluntad del fallecido, ya sea a través de un testamento o de forma consensuada entre los herederos. Esta parte permite beneficiar a ciertos herederos por encima de otros, a personas ajenas a la familia, o incluso a instituciones y causas particulares. Sin embargo, antes de disponer de esta porción, se debe definir el papel del cónyuge o compañero permanente: si decide reclamar su parte de gananciales o participar como heredero, lo que puede modificar el cálculo final del acervo disponible.

La función del testamento

En Colombia, el testamento es un acto jurídico por el cual una persona, en pleno uso de sus facultades, expresa su voluntad sobre cómo se distribuirá la totalidad de sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles después de su fallecimiento. Su función no es alterar las reglas legales de sucesión, sino plasmarlas y personalizarlas dentro de los límites que la ley permite, garantizando que la herencia se reparta de acuerdo con la normativa vigente y la voluntad del testador.

Es importante saber que no puede anular ni modificar las reglas básicas del reparto. Además, si el testamento no se redacta correctamente o no se inscribe en la notaría correspondiente, cualquier interesado podría impugnarlo, es decir, presentar una solicitud legal para que un juez revise su validez y, de ser necesario, lo deje sin efecto. Por eso es necesario tener claridad sobre las reglas de sucesión vigentes y de contar con la asesoría adecuado.

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