“Lo público” es un concepto ampliamente utilizado pero poco interiorizado. Es también un término importante, porque en la esfera de lo público se encuentran nuestros impuestos. Palabras más, palabras menos, esta noción hace referencia aquello que pertenece a todos los habitantes de una sociedad civil. Las carreteras, las plazas, los parques, las leyes, la cultura y otros elementos tangibles e intangibles, pertenecen a todos y hacen parte de lo público. Los impuestos también van en esa canasta.
Y entonces, si pertenecen a todos, ¿a dónde se dirigen nuestros impuestos?
Anualmente el Gobierno establece el Presupuesto General de la Nación, es decir, especifica la cantidad de dinero que utilizará para gasto e inversión (lo invitamos a leer el artículo “Así se destinará el Presupuesto General de la Nación en 2020”). Los impuestos se dirigen a engrosar parte de ese presupuesto. Bibliotecas, parques, hospitales, escuelas, universidades, implementación de políticas públicas y mantenimiento estatal, son algunos de los destinos de este dinero.
¿Cuánto dinero recaudó la DIAN y de dónde vino?
La DIAN se fija una meta de recaudo anualmente. De acuerdo con un artículo publicado por la revista Dinero, en 2019 se recaudaron $148 billones, logrando un cumplimiento del 100,6%. Además, el crecimiento respecto al dinero captado en 2018 fue de 9,3%.
La retención en la fuente a título de renta fue el concepto por medio del cual más dinero ingresó a las arcas de la DIAN, alcanzando la cifra de $52,74 billones. En segundo lugar se ubicó el IVA: este tributo permitió destinar $34,48 billones al Estado. El informe presentado por la entidad destaca el importante incremento de los tributos asociados al comercio exterior, pues estas actividades representaron un incremento en recaudación del 14% respecto a 2018, captando $26,31 billones en 2019.
Los colombianos en 2020 seremos testigos de la inversión que se hará con parte de este dinero; una fracción será destinada a mantenimiento del Estado, pago de la deuda externa y otros elementos intangibles. Al final de cuentas, las nuevas obras y la inversión social serán de todos, destinando estos impuestos a lo público, lugar del que nunca salieron.
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