
La inversión ya no se mide únicamente en términos de rentabilidad. Cada vez más personas quieren que su dinero, además de crecer, tenga un impacto positivo en el mundo. En este contexto surge un concepto clave: la taxonomía verde, una herramienta que ayuda a identificar qué actividades económicas son realmente sostenibles y cuáles productos financieros apoyan la transición hacia un futuro más responsable con el planeta.
Si usted está dando sus primeros pasos en el mundo de las inversiones, quizá piense que hablar de sostenibilidad es un asunto reservado para grandes empresas o expertos en finanzas. La realidad es distinta: hoy existen en Colombia instrumentos sencillos y accesibles que le permiten construir un portafolio sostenible, sin necesidad de tener grandes capitales ni conocimientos técnicos avanzados.
¿Qué es la taxonomía verde y por qué debería importarle?
La taxonomía verde es, en esencia, un sistema de clasificación. Define con criterios claros y objetivos qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles porque contribuyen a la mitigación del cambio climático, la protección del medioambiente y el desarrollo sostenible.
Podría compararse con una guía técnica que orienta tanto a las instituciones financieras como a los ciudadanos comunes. Gracias a ella, usted puede saber si un fondo de inversión, un bono o un proyecto realmente cumple con estándares de sostenibilidad o si simplemente utiliza etiquetas “verdes” sin respaldo real.
La Unión Europea fue pionera en implementarla, y en Colombia ya se han dado pasos importantes para implementarla. ¿Qué significa esto para usted como inversionista? Que muy pronto podrá tomar decisiones más informadas y coherentes con sus valores, con la tranquilidad de que el dinero que invierte no solo busca rentabilidad, sino que también impulsa un cambio positivo.
Cómo se traduce la sostenibilidad en sus inversiones
La taxonomía verde hace que conceptos que antes parecían abstractos se vuelvan prácticos. Al aplicarse al mundo financiero, le permite identificar:
- Fondos de inversión que apoyan sectores sostenibles como energías limpias o transporte verde.
- Empresas con prácticas responsables que cumplen con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Estos criterios significan:
- Ambientales (E): cómo una compañía gestiona su impacto en el planeta, por ejemplo, en emisiones, uso de agua o eficiencia energética.
- Sociales (S): la forma en que se relaciona con sus empleados, comunidades y clientes, promoviendo condiciones justas y seguras.
- Gobernanza (G): la transparencia en su administración, el manejo ético de sus recursos y la protección de los derechos de los accionistas.
- Portafolios diversificados: que equilibran la rentabilidad financiera con un impacto ambiental positivo.
Invertir en este tipo de instrumentos no significa sacrificar rentabilidad. Al contrario, múltiples estudios han demostrado que las empresas y sectores sostenibles suelen ser más resilientes frente a crisis, cambios regulatorios o transformaciones económicas. Dicho en otras palabras: apostar por la sostenibilidad puede ser también una forma de reducir riesgos financieros a largo plazo.
Ejemplos de actividades consideradas “verdes”
Para que un inversionista entienda mejor en qué se refleja la taxonomía verde, basta con observar los sectores y actividades que suelen clasificarse como sostenibles. Entre ellos se destacan:
- La generación de energías limpias, como la solar, eólica o geotérmica.
- Los proyectos de transporte sostenible, que reducen emisiones y promueven la movilidad limpia.
- La gestión eficiente del agua y de los residuos, clave en un mundo con recursos limitados.
- La construcción de edificaciones con certificaciones ambientales.
- La agricultura con prácticas regenerativas que cuidan el suelo y la biodiversidad.
Muchos fondos de inversión, tanto en Colombia como en el extranjero, ya integran estos criterios al seleccionar los activos en los que participan. Eso significa que usted, como inversionista, puede alinear su dinero con sectores que no solo generan retornos, sino que también construyen un futuro más sostenible.
¿Cómo acceder a portafolios sostenibles desde Colombia?
Entre las alternativas disponibles se encuentran:
- Fondos de inversión colectiva con enfoque ESG: son administrados por sociedades comisionistas de bolsa o fiduciarias locales. Estos fondos canalizan recursos hacia empresas y sectores que cumplen con criterios ambientales y sociales, por lo tanto, son los administradores de estos portafolios quienes hacen la selección por usted.
- Fondos voluntarios de pensiones sostenibles: una opción de ahorro a largo plazo que, además de generar beneficios tributarios, invierte parte de su portafolio en activos alineados con sostenibilidad.
- Bonos verdes: emitidos por entidades públicas o privadas, se destinan exclusivamente a financiar proyectos ambientales, como energías renovables, infraestructura sostenible o programas de eficiencia energética.
Todos estos productos están disponibles dentro del sistema financiero colombiano, bajo la supervisión de la Superintendencia Financiera. Eso significa que usted puede acceder a ellos con confianza, transparencia y acompañamiento profesional.
Ventajas de invertir con un enfoque sostenible
Decidirse por un portafolio sostenible tiene múltiples beneficios:
- Coherencia con sus valores personales: si le importa el planeta, invertir en sostenibilidad es una forma de respaldar con hechos lo que piensa.
- Rentabilidad a largo plazo: las empresas sostenibles suelen ser más eficientes y resilientes ante los riesgos económicos.
- Reducción de riesgos regulatorios: algunos gobiernos están implementando cada vez más políticas verdes, y estar alineado con ellas puede representar ventajas competitivas.
Impacto positivo: su dinero no solo trabaja para usted, sino que también contribuye al bienestar de la sociedad y del medioambiente.
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