Los Fondos Voluntarios de Pensión (FPV) son productos financieros que reúnen el capital de varias personas para posteriormente invertirlo en diferentes tipos de activos. Su objetivo es generar una rentabilidad que a medio o largo plazo les permita a los usuarios cumplir sus planes de jubilación o distintas metas como la compra de un vehículo o matricularse en algún plan educativo, por citar algunos ejemplos. Estos fondos son administrados por expertos – Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), fiduciarias y compañías de seguros – que buscan maximizar las ganancias de los inversionistas. No obstante, como en todo vehículo de inversión, existen riesgos asociados. Es clave resaltar que el gestor del FVP siempre buscará generar mayores retornos, pero respetando y siendo fiel al perfil de riesgo de cada inversionista. Por lo tanto, es fundamental definir claramente cuáles son nuestros objetivos a la hora de invertir, cuál es nuestro horizonte de tiempo y qué tan dispuestos estamos a tolerar volatilidades más altas para alcanzar mejores rentabilidades. Aquí, como en muchas situaciones en el mercado financiero, también aplica la teoría de que “a mayor riesgo, mayor rentabilidad”. Lo invitamos a leer el artículo “Factores que debe tener en cuenta para elegir el portafolio en un Fondo Voluntario de Pensión”. Ahora, teniendo claro nuestro perfil de riesgo, podemos elegir un portafolio acorde a nuestras necesidades y expectativas, ya sea conservador, moderado o arriesgado. Cada tipo de portafolio ofrece niveles de riesgo que se adaptan al momento de nuestras vidas (edad), rasgos de personalidad, nivel de capital y objetivos, entre otros factores. Así, al reconocer estos aspectos, es posible seleccionar responsablemente la mejor alternativa de inversión para cada caso en particular. Por otra parte, los FVP son reconocidos por las ventajas tributarias que tienen en comparación a otros vehículos de inversión. Sin embargo, debe considerarse que, si el capital es retirado antes de tiempo incumpliendo las condiciones de permanencia establecidas, se pierden los beneficios tributarios que caracterizan la inversión en estos fondos. Por ejemplo, si el dinero se saca antes de 10 años para fines diferentes a la compra de vivienda, son excluidos los beneficios. Finalmente, es importante recalcar que, si bien estos fondos enfrentan riesgos como la volatilidad, la posibilidad de obtener rentabilidades negativas en algunos casos o la pérdida de las deducciones de impuestos, estos pueden mitigarse de varias maneras como, conociendo su perfil de riesgo e informándose previamente sobre las condiciones estipuladas por cada FVP. Igualmente, es fundamental verificar que la entidad que ofrece este modelo de inversión esté vigilada por la Superintendencia Financiera para tener tranquilidad en cuanto a la calidad, seguridad y transparencia de las operaciones a realizar.
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