Un bono convertible, es aquel activo que le confiere al titular la posibilidad de canjear su título por acciones. Por lo general, son instrumentos financieros utilizados por las empresas para captar recursos del público e impulsar nuevos proyectos de inversión.
Estos bonos, además de ser una herramienta de financiación empresarial, son una opción para quienes buscan combinar los beneficios de la renta fija con el potencial de valorización de la renta variable.
Estos instrumentos han estado presente en el mercado colombiano desde 1972, y actualmente son transados en la Bolsa de Valores de Colombia (bvc). Los sistemas más utilizados para su negociación son: el «remate electrónico serializado (sistema de subasta en línea donde se venden bienes, generalmente a través de una plataforma tecnológica)» o el «mercado de venta variable (mercado financiero donde los precios de los activos, como las acciones de empresas, fluctúan constantemente en función de la oferta y la demanda)».
En Colombia, este tipo de bono está regulado por la Superintendencia Financiera y sólo pueden ser emitidos por sociedades anónimas. Entre los requisitos para su emisión se encuentra la inscripción en el Registro Nacional de Valores y Emisores (RNVE), la elaboración de un prospecto detallado y la definición clara de las condiciones de conversión. Además, debe cumplir con el marco normativo establecido por el Decreto 2555 de 2010 y otras disposiciones complementarias.
¿Cómo funcionan los bonos convertibles?
Supongamos que una empresa emite un bono convertible, cuando su acción está en 100 dólares. Este bono promete una rentabilidad del 10 % efectivo anual (E.A.), siempre y cuando el valor de la acción se mantenga dentro de un rango establecido durante un año, como, por ejemplo, entre 50 y 150 dólares. Sin embargo, si el precio de la acción cae por debajo de los 50 dólares, en lugar de recibir el rendimiento del 10 % E.A., el inversionista recibirá acciones de la empresa.
Tipos de bonos convertibles
Existen tres categorías de bonos convertibles, y estas varían según su categoría:
- Bonos clásicos: Permiten que el inversionista decida si convierte el bono en acciones.
- Bonos forzosamente convertibles: estos requieren que el inversionista convierta la deuda en acciones al vencimiento del bono.
- Bonos contingentes convertibles: también conocidos como “CoCos” (contingent convertibles), son aquellos que ofrecen la opción de conversión voluntaria a acciones, pero pueden convertirse automáticamente en eventos específicos definidos previamente por la empresa.
¿En qué se diferencian los bonos convertibles de los tradicionales?
Las principales diferencias entre un bono tradicional y un bono convertible son:
- Conversión en acciones: Mientras que los bonos tradicionales pagan intereses fijos y devuelven el capital al vencimiento, los bonos convertibles ofrecen la posibilidad de ser canjeados por un número predeterminado de acciones.
- Volatilidad: Los bonos tradicionales, por lo general, son menos volátiles que los bonos convertibles.
- Tasas de interés: Las tasas de interés de los bonos convertibles, suelen ser más bajas que los bonos tradicionales
Por último, hay que destacar que se han comenzado a explorar versiones de bonos verdes convertibles, enfocados en proyectos sostenibles.
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