Diferencias entre renta fija y renta variable

Diferencias entre renta fija y renta variable

Afirma el adagio popular que “el que no arriesga un huevo no saca un pollo”. En otras palabras, para obtener beneficios, se deben tomar riesgos. Este refrán aplica para diferentes aspectos de la vida cotidiana, incluyendo el manejo del dinero. Para hacer crecer los recursos, es necesario invertir. En este caso, existen niveles de riesgo de todos los tipos, lo cual hace que el mundo de la inversión sea apto para todos.

Las inversiones pueden ser clasificadas en varios grupos según el tipo de rendimiento que pagan. Dos de las principales categorías son renta fija y renta variable. La renta fija es aquella que paga un rendimiento fijo mientras que la renta variable es aquella que paga un rendimiento variable.  Las inversiones de renta fija a su vez se dividen en aquellas que tienen tasas variables y aquellas que pagan tasas fijas

La variedad de activos presentes dentro de cada una, le ofrece a los inversionistas una amplia variedad de opciones para obtener rentabilidades con sus ahorros. Le contamos cuáles son las principales diferencias y cómo sacar partido de ellas. 

Principales diferencias entre la renta fija y la renta variable

Existen varias diferencias relacionadas con la rentabilidad esperada, los riesgos asumidos y la complejidad de los activos que se encuentran en las categorías de renta variable y renta fija:

  • Riesgo: En la renta fija el inversionista conoce de antemano cómo se van a liquidar sus rendimientos. Si a una tasa de interés específica o a una referencia de tasa de interés, como puede ser DTF o IBR. En la renta variable la rentabilidad no es conocida de antemano pues depende de diferentes factores. 
  • Plazo: Por lo general, en la renta fija se conoce la fecha de vencimiento de la inversión, momento en que el inversionista recibe de regreso el dinero invertido, acompañado de los intereses. 

En la renta variable el activo más representativo son las acciones. Al invertir en acciones, se adquieren varios derechos, como el derecho a voto y a recibir dividendos, sin embargo, no siempre las empresas declaran dividendos en sus asambleas. Existe otra rentabilidad proveniente de la negociación de las acciones, que corresponde a la diferencia entre el precio de compra y el de venta. 

  • Rentabilidad esperada: La rentabilidad esperada es directamente proporcional al nivel de riesgo del activo. Por eso, la renta variable puede ofrecer mayores ganancias que la renta fija, a costa de asumir un mayor riesgo.
  • Liquidez: La renta variable, al tener mayores cantidades  de negociación, suele ser un mercado más líquido. Es decir que, si usted requiere dinero, puede ser más rápido y fácil obtenerlo vendiendo un activo de renta variable, que uno de  renta fija. Por ejemplo, los CDT tienen un plazo definido, sin embargo, si el inversionista necesita su dinero antes del plazo, puede vender el activo en el mercado o retirarlo del establecimiento de crédito donde se adquirió y asumir una penalización. 

En la renta fija se destacan activos como los CDT, los bonos corporativos, y los bonos estatales. Estos son instrumentos de deuda por medio de los cuales una entidad privada o pública adquiere recursos de inversionistas, a cambio de retornar el capital prestado,  acompañado de unos intereses en un plazo determinado. 

En la renta variable se encuentran las acciones que representan una participación del inversionista en la empresa que emite los títulos, los ETF que replican el comportamiento de una canasta de activos (acciones, renta fija, materias primas, criptoactivos).

¿Es mejor la renta fija o la renta variable?

Realmente, una no es mejor que la otra. Esto depende de las características y los objetivos que se haya trazado cada persona. Por esto, el mundo de la inversión es para todos, pues ofrece una variedad de opciones adecuadas para quienes tienen alto o bajo nivel de riesgo, muchos o pocos ahorros o necesitarán su inversión en el corto, mediano o largo plazo. Es muy importante que consulte con un asesor financiero.

En la variedad está el placer, por lo que diversificar por tipo de activos, le permitirá tener un portafolio de inversión más protegido ante coyunturas internas y externas de los mercados.

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