Sin importar el tipo de inversión, los activos financieros están expuestos a distintos tipos de riesgos. El riesgo en las inversiones es la posible pérdida de dinero en la que se puede incurrir al destinar el capital a un activo financiero. También, se refiere a la probabilidad de que los rendimientos sean menores a lo esperado o se produzca una pérdida de dinero parcial, total o superior al capital destinado en la inversión inicial.
Las inversiones se exponen a distintos riesgos, como por ejemplo: el riesgo de mercado y el riesgo sistémico. Si quiere conocer sobre los otros tipos de riesgo en las inversiones, lo invitamos a leer el e-book: “¿Riesgos en las inversiones: cómo gestionarlo y mitigarlos?”.
El riesgo de mercado se refiere a la posibilidad de que el valor en una inversión disminuya debido a los cambios y fluctuaciones en las condiciones del mercado. Estas condiciones pueden ser locales, regionales e internacionales y están relacionadas con factores como la incertidumbre, la volatilidad, el nivel de las tasas de interés, los resultados económicos de las empresas, entre otros. El riesgo sistémico está conectado con eventos que pueden desestabilizar de forma general el sistema económico. Un riesgo sistémico puede ser una crisis o una recesión económica o un desastre natural.
Una crisis financiera o una recesión pueden impactar las inversiones, pues en estos ciclos se genera un retroceso relativo en toda la actividad económica, causando una disminución en el consumo y la producción, aumento del desempleo, posibles quiebras empresariales y una tendencia bajista de los mercados, entre otros.
Para disminuir o contrarrestar estos riesgos en las inversiones, se recomienda crear un portafolio de inversión diversificado. A continuación, le explicamos cómo.
Portafolio de inversión diversificado: la clave ante riesgos económicos
Se conoce como portafolio o cartera de inversión al conjunto de activos financieros que tiene una persona. Al crear un portafolio de inversión, se recomienda tener en cuenta los siguientes elementos:
- Objetivos de inversión
Dependiendo de las metas que se desean alcanzar al destinar el dinero a un activo, se debe seleccionar unos instrumentos financieros u otros. Por ejemplo, si una meta es a corto plazo, el interesado puede invertir en Certificados de Depósito a Término Fijo y bonos a corto plazo, pero si se quiere ahorrar para la vejez, se puede inclinar por fondos de inversión, como el Fondo Voluntario de Pensión (FVP).
- Horizonte temporal
El horizonte de inversión es el tiempo que una persona está dispuesta a dejar el dinero invertido, sin necesidad de disponer de él. Si una persona tiene un horizonte temporal de un año, debe elegir activos financieros diferentes a un inversionista que puede dejar el dinero por más de 5 años.
- Perfil de riesgo
Dependiendo del riesgo que se desea asumir para obtener una determinada rentabilidad, se debe seleccionar unos activos financieros u otros en un portafolio de inversión. Si una persona tiene un perfil conservador, es decir, busca minimizar el riesgo de pérdida de dinero aun cuando sabe que va a obtener una baja rentabilidad, puede seleccionar activos de renta fija. Pero, si tiene un perfil arriesgado, que asume altos niveles de riesgo para obtener altas ganancias, puede inclinarse por activos de renta variable, como las acciones y las divisas.
- Diversificación de los activos financieros
Diversificar es una estrategia que consiste en asignar inversiones a activos que responden de forma diferente a los riesgos sistémicos. Por ejemplo, ante una situación de mayor riesgo local, los bonos se pueden desvalorizar mientras que el dólar se valoriza. Por tanto, las ganancias al tener dólares en el portafolio pueden compensar las pérdidas generadas por los bonos.
Al invertir en distintos instrumentos financieros, la volatilidad y posibles pérdidas de dinero que pueda tener un activo son compensadas con los rendimientos de otros, pues las ganancias totales de un inversionista dependen del promedio de los rendimientos de todos sus activos. Para diversificar un portafolio se recomienda invertir en distintos activos financieros, combinar distintos sectores económicos y acudir a varios mercados o monedas.
Uno de los errores más comunes que cometen las personas que quieren diversificar su portafolio de acciones es invertir en empresas de un mismo sector. Al invertir, por ejemplo, en acciones de compañías de bienes agrícolas, se corre el riesgo de que una nueva regulación o una crisis ambiental afecte de igual modo el desempeño de estas empresas y, en consecuencia, el comportamiento de sus acciones en el mercado. Por eso, es importante invertir en distintos sectores económicos.
- Seguimiento al portafolio
Diversificar el portafolio puede no ser suficiente. Es importante realizar seguimiento a la cartera, evaluar la composición del portafolio y analizar las reacciones e los activos a las condiciones del mercado para identificar aquellos que tengan correlaciones negativas, de tal manera que en caso de ser necesario se pueda ajustar y recomponer para no generar más pérdidas de dinero.
En definitiva, crear un portafolio de inversión diversificado es la clave para reducir o mitigar el riesgo y los efectos negativos que las fases de la recesión del ciclo económico puedan generar en las inversiones. Para diversificar la cartera, se recomienda destinar el dinero a diferentes activos, sectores, mercados y divisas, teniendo en cuenta los objetivos, el horizonte temporal y el perfil de riesgo de cada persona.
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