En 2015, los países de las Naciones Unidas se comprometieron a adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales buscan que Gobiernos, empresas y ciudadanos, implementen medidas que permitan satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer los recursos en el futuro. Dentro de los ODS, está la protección del planeta y, en consecuencia, el cuidado del medioambiente, incluyendo la conservación del agua y de los océanos. Según el Foro Económico Mundial, estos cuerpos de agua salada conforman el 71% de la superficie de la tierra y son una fuente de sustento para millones de personas.
En promedio, los océanos generan un valor aproximado de US$1,5 billones por año, lo que lo convierte en un recurso indispensable para la economía mundial, mencionó el Foro Económico Mundial. Sin embargo, la expansión productiva y económica ha impactado a los mares. Por ejemplo, en la última década, se han perdido la mitad de los arrecifes de coral. De acuerdo con el Foro Mundial, este acontecimiento ha puesto en peligro la vida en los océanos, pues una cuarta parte de las especies marinas dependen de los arrecifes de coral. Para mitigar las consecuencias negativas en los cuerpos de agua salada y como respuesta a los ODS, en el mercado, han surgido iniciativas e instrumentos encaminados a la protección y conservación del agua, de los mares y de los océanos. Este es el caso de los bonos azules. A continuación, le contamos 3 aspectos que debe conocer de este instrumento financiero.
1. Bonos azules: un compromiso con los océanos y el agua
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los bonos azules son títulos de deuda emitidos con el objetivo de resolver los desafíos relacionados con el agua, crear oportunidades comerciales sostenibles y favorecer la gestión responsable de los océanos. Cuando un Gobierno o empresa coloca un bono azul se compromete a invertir los recursos específicamente en soluciones encaminadas a la salud de los océanos y del agua dulce y/o a implementar alternativas que contribuyan a mejorar el acceso y el saneamiento del agua, explicó el BID. Se pueden emitir como un subconjunto de bonos verdes, sociales y sostenibles, pero deben basarse en principios reconocidos a nivel mundial como, por ejemplo, los de la Asociación Internacional de Mercado de Capitales (ICMA). Sin embargo, de acuerdo con el BID, estos principios deben adaptarse a un uso azul de la inversión.
2. Los bonos azules no son exclusivos para empresas pesqueras ni navieras
De acuerdo con el BID, el uso azul de los recursos puede asignarse a proyectos de sostenibilidad que operen en o cerca de los océanos, mares y agua dulce. Por ejemplo, transporte marítimo, infraestructura, turismo, pesca, acuicultura, energía renovable en alta mar, entre otros.
3. América Latina y El Caribe: un mercado de oportunidades azules
Según el BID, esta región tiene grandes oportunidades para la economía sostenible y los bonos azules, pues el 25% de la población latinoamericana y el 100% de las personas en El Caribe viven de los océanos, mares y del agua. Por esto, garantizar la salud de los recursos para las próximas generaciones es indispensable. En definitiva, los bonos azules son una alternativa de inversión que permite a los interesados generar posibles rendimientos mientras contribuye a la conservación de los océanos, los mares y el agua. Lo invitamos a leer el artículo: “Por primera vez, el agua cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York”.
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