El bitcoin es una de las criptomonedas más populares, y en los últimos años se ha convertido en el criptoactivo de mayor capitalización bursátil en el mundo, ya que se utiliza más como una inversión que como un medio de pago. Razón por la cual expertos en medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizaron un estudio del impacto ambiental que tiene la “minería” de esta criptomoneda, esto es, el proceso de verificación y registro de nuevas transacciones con bitcoins en la plataforma de blockchain y de la creación de nuevos bitcoins.
Según la investigación, el bitcoin podría tener grandes impactos ambientales en el clima, el agua y el suelo: “Las innovaciones tecnológicas suelen estar asociadas a consecuencias imprevistas, y Bitcoin no es la excepción”, afirmó el profesor Kaveh Madani, director del Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-INWEH), quien dirigió el estudio.
Hay que indicar que la investigación señala una fuerte correlación entre el precio del Bitcoin y el uso de energía para la minería de bitcoin. De hecho, vale recordar que el incremento del 400 % en el valor de esta criptomoneda entre 2021 y 2022, provocó un aumento del 140% en el consumo de energía de la red mundial de minería de Bitcoin.
Así las cosas, los resultados del estudio, que fueron divulgados por la revista Earth’s Future, y señalaron que “durante el período 2020-2021, la red global de minería de Bitcoin consumió 173,42 teravatios hora de electricidad”. Dicho de otra manera, si el bitcoin fuera un país, su consumo energético se habría situado en el puesto 27 a nivel mundial. La huella de carbono resultante equivale a la quema de 38 mil millones de kilos de carbón, y para compensar esta huella se tendrían que sembrar 3.900 millones de árboles.
Asimismo, durante el periodo mencionado, la huella hídrica del bitcoin equivale al volumen necesario para llenar más de 660.000 piscinas olímpicas o satisfacer las necesidades de agua para uso doméstico de más de 300 millones de personas en zonas rurales del África subsahariana.
No obstante, es importante señalar que, la doctora Sanaz Chamanara, autora principal del estudio e investigadora en Medio Ambiente, Social y Gobernanza (EGS) del UNU-INWEH puntualizó que “todos los los países utilizan diferentes fuentes de energía para generar electricidad, y por ello, el impacto de su producción eléctrica en el clima, el agua y el suelo no es el mismo […] la clasificación de los países en cuanto al impacto ambiental de sus operaciones con bitcoin varía según la huella ambiental considerada”.
Criptomonedas y medio ambiente: ¿cómo avanzar?
El profesor Kaveh Madani no pide eliminar el uso de criptomonedas, pero sí insta a regularlas y fomentar tecnologías más limpias: “Nuestros hallazgos no deberían desalentar el uso de las monedas digitales. Al contrario, deberían animarnos a invertir en intervenciones regulatorias y avances tecnológicos”.
De igual forma, los expertos ambientalistas instaron a invertir en otras monedas digitales que energéticamente sean más eficientes con el uso de la energía, y de esta forma el daño ambiental sea menor.
El notable incremento en el consumo energético por el uso del bitcoin, está estrechamente ligado al aumento de su valor y del volumen de transacciones, lo que ha intensificado la actividad minera en los últimos años. Este fenómeno plantea desafíos importantes en términos de sostenibilidad ambiental, especialmente por su impacto en el clima, el agua y el suelo.
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