“El mayor riesgo de todos es no arriesgar nada”
Mellody Hobson, co-CEO de Ariel Investments
No invertir es perder dinero. Dejarlo en cuentas de ahorro o debajo del colchón, significa perder capacidad adquisitiva ante el constante aumento del precio de los productos y servicios. La falta de conocimientos sobre las alternativas de inversión, afecta el desarrollo económico y social de las comunidades.
Es por esta razón que gobiernos y entidades multinacionales han coordinado esfuerzos para educar sobre inversión y así, consolidar sociedades que crezcan por medio de esta alternativa. Hoy, queremos contarle acerca de cómo surgió la inversión y cómo esta puede ayudarlo a usted y a la sociedad a mejorar su calidad de vida.
Diversificar y obtener ganancias desde bajos montos: objetivos que dieron nacimiento a la inversión
Según cuenta la historia replicada por la entidad española Bankinter, 1774 fue una fecha clave que nos tiene hoy aquí hablando de la inversión. En este año, un acaudalado comerciante holandés de nombre Adriaan van Ketwich, reunió bienes, dinero o derechos de propiedad de una o más personas, para que un tercero los administrara o los invirtiera por medio de la creación de un fideicomiso.
Así, prometió diversificar y obtener ganancias que serían repartidas entre los inversionistas. Posteriormente, el rey Guillermo I instauró en los Países Bajos las Sociedades de Inversión de Capital Fijo, pero sería hasta 1868, casi cien años después, cuando se creó el primer fondo de inversión regulado. Instaurado en Reino Unido, fue denominado The Foreigns and Colonial Government Trust.
Gracias a esta creación y su posterior desarrollo, hoy en día millones de personas obtienen rentabilidades a través de sus ahorros y los diferentes gobiernos del mundo han venido avanzando hacia la consolidación de sociedades con una cultura de inversión, que les permita avanzar hacia un mundo con más oportunidades de progreso para todos.
Las sociedades que invierten pueden definir el rumbo de un país
Diferentes estudios han relacionado los conocimientos financieros de una sociedad con el nivel de desarrollo de la misma. A más educación financiera, más desarrollo. Para la muestra un botón: de acuerdo con PWC (PricewaterhouseCoopers Private Limited) y la Fundación Contea en su informe “¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?”, los países donde más del 60% de su población estaba formada financieramente, tuvieron caídas acumuladas del PIB inferiores al 4% en la anterior crisis económica, en contraposición de las que tenían niveles inferiores de educación financiera.
Y es que al invertir, no solo se dinamiza la economía, sino que las personas tienen la oportunidad de generar ingresos con sus ahorros, que contribuyen para que alcancen sus metas de manera más rápida.
La inversión y el camino al éxito
Aprender a invertir y asesorarse para hacerlo, es la oportunidad para alcanzar la anhelada independencia financiera. Entre los beneficios de invertir está:
- Proteger el poder adquisitivo ante la inflación.
- Alcanzar metas de educación, casa, viaje, entre otras.
- Obtener ingresos adicionales sin necesidad de dedicarle tiempo completo a esta actividad.
Gracias a la historia y al reconocimiento de la importancia de la inversión, hoy en día existen un sinnúmero de instrumentos financieros que facilita que las personas accedan a productos de inversión que les permita, desde bajos montos de dinero, obtener rentabilidades con sus ahorros.
¡Infórmese, asesórese e invierta!
Fuente:
- Asociación Española de Contabilidad y Administración de empresas. (2019, julio 19). ¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?. aeca.es
Indique el motivo de su respuesta:
No entendí el contenido.No estoy de acuerdo con la información brindad.
