La inversión es una herramienta que nos ayuda a alcanzar metas, como puede ser: comprar una casa o un vehículo, estudiar una carrera profesional o un posgrado y viajar al exterior o recorrer el país. Sin embargo, para lograr nuestros objetivos es importante tener en cuenta algunos elementos al momento de invertir. Aquí, le contamos algunos de ellos.
1. Objetivos de inversión
Los objetivos de inversión son las metas que quiere alcanzar al destinar su dinero a un activo financiero. Dependen de las aspiraciones, sueños, ingresos, edad y perspectivas del futuro que tenga cada persona.
Definir los objetivos lo ayudará a tomar decisiones financieras más racionales y menos emocionales, pues sus estrategias de inversión estarán enfocadas en alcanzar sus metas.
2. Perfil de riesgo
Para tomar mejores decisiones de inversión es importante conocer qué riesgos está dispuesto a asumir y qué rendimientos espera obtener al destinar su dinero a un activo financiero. El riesgo que se toma para generar una determinada rentabilidad es lo que se conoce como perfil de riesgo.
El perfil de riesgo se suele clasificar en tres: conservador, que minimiza el riesgo de pérdida de capital aun cuando obtiene una baja rentabilidad; moderado, que asume un poco más de riesgo buscando generar más ganancias; y arriesgado, que desea grandes retornos de inversión asumiendo altos niveles de riesgo.
3. Horizonte temporal
El horizonte de inversión es el tiempo que una persona está dispuesta a dejar el dinero invertido, sin la necesidad de disponer de él. Se suele clasificar en tres ventanas de tiempo: corto, mediano y largo plazo. El corto plazo son inversiones con un horizonte temporal igual o inferior a un año. El mediano plazo comprende un periodo de tiempo entre uno y cinco años. Y, el largo plazo, son inversiones con un horizonte temporal superior a cinco años.
Definir el horizonte temporal lo puede ayudar a elegir el activo financiero que más se adecúe a sus necesidades e intereses.
4. Diversificación del portafolio
La regla de oro en las inversiones es diversificar el portafolio. La diversificación es una estrategia que consiste en asignar capital a activos diferentes y variados, con el objetivo de que la volatilidad y posibles pérdidas de dinero que pueda tener un instrumento financiero sean compensadas con los rendimientos generados por otro.
Para diversificar el portafolio se recomienda invertir en diferentes activos pertenecientes a varios sectores económicos. También, se sugiere acudir a distintos mercados y destinar el capital a diferentes monedas.
Finalmente, le recomendamos que antes de tomar una decisión de inversión defina sus objetivos, su horizonte temporal, el capital con el que dispone y su perfil del riesgo. Al invertir recuerde “no poner todos los huevos en la misma canasta”
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