Invertir el dinero es una decisión importante que puede ayudarnos a generar ganancias y hacer crecer nuestro capital. Al tomar una decisión de inversión, es fundamental considerar y analizar algunos elementos que pueden impactar los futuros rendimientos que esperamos obtener. Uno de ellos es la liquidez financiera, aquí le contamos de qué se trata.
¿Qué es la liquidez financiera?
La palabra liquidez tiene distintas definiciones. Para una empresa o persona, se refiere a la capacidad que tienen para cumplir con sus obligaciones en el corto plazo. La liquidez financiera, por su parte, hace referencia a la capacidad que tiene un activo de convertirse en dinero sin perder valor. Cuando se dice que el mercado es líquido significa que se realizan muchas transacciones y, por tanto, es mucho más fácil intercambiar los activos.
El grado de liquidez es la velocidad con la que un activo se puede vender o intercambiar, bien sea por dinero o por otro instrumento financiero. Cuanto más líquido es un activo, más rápido se puede vender y menos riesgo hay de que este pierda valor al transarlo.
El dinero en efectivo es el activo más líquido, pues es fácilmente intercambiable por otros, en cualquier momento. Sin embargo, existen otros activos que son poco líquidos e, incluso, ilíquidos. Un ejemplo de activos poco líquidos son los bienes inmuebles, pues vender una propiedad requiere de tiempo y esfuerzo.
¿Cuál es la relación entre la liquidez, la rentabilidad y el riesgo?
La liquidez, la rentabilidad y el riesgo son tres elementos que se deben analizar al momento de elegir un instrumento financiero en el que invertir el dinero. La relación entre estos factores es la siguiente:
1. Rentabilidad y riesgo
La rentabilidad es la capacidad de una inversión de generar beneficios adicionales o ganancias al capital aportado. Por su parte, el riesgo es la posible pérdida en la que se puede incurrir al invertir en un activo.
La relación entre la rentabilidad y el riesgo es directa. Es decir, cuando una inversión ofrece grandes ganancias, significa que está expuesta a altos niveles de riesgo. Esto sucede porque si en una inversión, las posibles pérdidas son altas, deberá ofrecer mayores ganancias para que sea atractiva para los inversionistas.
2. Liquidez y rentabilidad
Por lo general, la relación entre la liquidez y la rentabilidad es inversa. Es decir, si existe poca liquidez, la rentabilidad será superior. Si, por el contrario, el activo tiene una alta liquidez, la rentabilidad en este caso será menor.
3. Liquidez y riesgo
La relación entre la liquidez y el riesgo es inversa: “a mayor liquidez, menor riesgo”. En otras palabras, cuanto más fácil es convertir un activo en dinero, se expone a menor riesgo.
Ventajas y desventajas de los activos financieros líquidos
La principal ventaja de los activos financieros líquidos es que pueden convertirse fácilmente en dinero sin la necesidad de incurrir en altos niveles de riesgo y pérdidas de valor. Lo anterior, hace que sean instrumentos financieros fáciles de intercambiar en el mercado. Sin embargo, suelen ser activos que proporcionan una rentabilidad menor, comparado con otros instrumentos financieros menos líquidos o ilíquidos, los cuales pueden ofrecer mayores ganancias en el largo plazo.
En definitiva, tanto los activos líquidos como los ilíquidos tienen sus ventajas y desventajas. Elegir el adecuado dependerá de los objetivos de inversión, del perfil de riesgo y del horizonte temporal de cada persona.
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