¿Sabía que incluir en su portafolio inversiones con criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno corporativo (ASG) puede ayudarle a incrementar sus ganancias?
Hace relativamente poco, la inversión sostenible era considerada un elemento complementario del portafolio. Sin embargo, obtener posibles rendimientos mientras se contribuye a una causa ambiental o social pasó a formar parte de las prioridades de los ciudadanos.
Según Bloomberg, la inversión con criterios ASG ha tenido un crecimiento anual del 15%. Tan solo en 2020, el mercado mundial de bonos temáticos alcanzó los US$ 700.000 millones, lo que representó el doble del volumen emitido en 2019, mencionó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Si bien Europa ha sido el mayor emisor de bonos temáticos, América Latina y El Caribe es la región en donde más rápido ha crecido la colocación de estos títulos y el interés inversionista, manifestó el BID. Para más información, lo invitamos a leer el artículo: “Aumenta el interés por la inversión sostenible”.
De acuerdo con La República, en el primer trimestre de 2021, la emisión de bonos temáticos, en Latinoamérica, llegó a una cifra histórica de US$52.000 millones. En ese período, los bonos vinculados a sostenibilidad fueron los más utilizados, seguidos de los sociales y de los verdes.
Para Gregorio Gandini, analista y economista, citado por La República, la inversión en bonos sociales fue un fenómeno que cobró fuerza en 2020, a raíz de la pandemia. Lo anterior, explica la participación (26%) de estos títulos en el total de la emisión.
Recuerde que, los bonos sociales son un instrumento financiero que funciona como un bono ordinario, pero sus recursos están destinados exclusivamente a proyectos que resuelvan o mitiguen un problema en una población.
Educación, género y pobreza: algunos proyectos financiados con bonos sociales en Colombia
En 2015, Colombia se comprometió a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que buscan mejorar los indicadores de pobreza, salud, educación, entre otros. Para cumplir este propósito, entidades públicas y privadas han emitido deuda, con el objetivo de obtener financiación para el desarrollo de proyectos que contribuyan a los ODS.
Ejemplo de esto, fueron los bonos del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), que buscaban financiar los préstamos para la educación superior de los colombianos. Por su parte, el Ministerio de Hacienda tiene previsto emitir, en 2022, Títulos de Deuda Pública (TES) sociales, destinados a proyectos de género y atención a población vulnerable.
En cuanto a las iniciativas privadas, una de las industrias más innovadoras para generar impactos positivos en materia social ha sido la banca. Según La República, las entidades han hecho emisiones de bonos sociales por $872.500 millones, convirtiéndose en uno de los actores pioneros en ofrecer instrumentos de inversión para apoyar causas sociales.
Mediante la colocación de deuda, los bancos han buscado recursos para proyectos productivos de población vulnerable y apoyar a las microempresas. El Banco Davivienda se convirtió en el primer emisor de un bono de género en Suramérica, por un monto de $362.500 millones, que permitió financiar negocios liderados por mujeres y la compra de vivienda.
En definitiva, la inversión con criterios ASG es una alternativa para generar posibles rendimientos, mientras se contribuye a mejorar las condiciones de la población, en el caso, de los bonos sociales.
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